La Costa Brava reafirma su atractivo internacional, consolidándose como una de las zonas más solicitadas para la compra de propiedades y el turismo residencial.
Según los últimos datos del sector inmobiliario en Cataluña, cada vez más compradores extranjeros —principalmente franceses, alemanes, holandeses y belgas— eligen la Costa Brava para establecer su segunda residencia o invertir en propiedades exclusivas. La combinación de playas espectaculares, pueblos con encanto, una rica oferta gastronómica y una calidad de vida envidiable hacen de este territorio un referente en el Mediterráneo.
Los expertos destacan que las zonas más próximas al mar y con buenas conexiones son las más buscadas, especialmente municipios como Platja d’Aro, Calonge-Sant Antoni, Begur y Palamós. Además, la demanda de casas con amplios espacios exteriores, jardines, piscina y vistas panorámicas ha aumentado notablemente tras la pandemia.
Esta tendencia consolida a la Costa Brava no solo como un destino turístico de primer nivel, sino también como un mercado inmobiliario en constante revalorización, capaz de atraer a inversores que buscan tanto rentabilidad como calidad de vida.
